viernes, 15 de agosto de 2014

Nadie dijo que quererte fuera a ser fácil

Tiene que ser una mala época. Que yo sepa el mundo no ha parado en seco, así que todo cristo no ha podido dejar de quererse de la noche a la mañana. Digamos que utilizamos el topicazo del verano. El calor, las cervecitas, las puestas de sol en la playa y esas ganas inmensas de meter la pata entre julio y septiembre, o también seamos realistas y digamos que antes de todo eso ya estaban las cosas mal. O que cada uno abra los ojos a su manera, que en eso consiste. 

Cuando hablamos siempre contamos nuestra verdad, y cuantas más veces la contamos más peso tiene dentro de nosotros. Por supuesto, y a no ser que te lo hayas montado muy mal, la culpa es del otro. Y eso a veces está bien, si necesitas pasar la pena que mejor que desquitarte con la otra persona. Pero como en esta vida todo vuelve, eso también te rebota en la cara y con el tiempo recapacitamos y nos miramos el ombligo. Ese que parecía no estar ahí y no servir de nada, nos hace ver que la insistencia cansa y que por el contrario la paciencia también. Que los celos son siempre malos consejeros y con esto no quiero decir que nunca haya que tener celos, cuando te dan motivos tenlos, y si te apetece transfórmate en un demonio, a esas alturas si falla uno que remate el otro. Que los gritos solo demuestran desesperación y sirven para que uno se quede afónico. Y sobre todo que controlar tu vida ya es demasiado complicada como para querer controlar la de alguien que has conocido en la calle. 

Que todos sabemos que tener una relación no es un camino de rosas, maldito el día que nos enseñaron esa frase, pero eso no quita que debamos minimizar los problemas. Que no importa que uno quiera ir a Las Vegas y otro a Croacia, que lo importante es que terminéis juntos en la misma cama al final del día. Que los estereotipos se están cargando las sonrisas. Y que no te engañen, que tu felicidad tiene que estar por encima de cualquier otra cosa, porque sin ella jamás podrás dar amorcito del güeno a nadie. Que querer no significa sacrificar aquello que eres porque todo en esta vida se puede compaginar, aunque cueste. Y que todos deberíamos quitarnos Whatsaap y sus hermanos gemelos para aprender a confiar, porque no hay invento más malvado que ese. Porque sí queridas, y esto va por todas... leído y una espera de 4 horas no significa que no te quieran, y si por el contrario es verdad que no te quieren, mándalo a freír espárragos. 

Porque es verdad eso de que la vida es tremendamente complicada en estos tiempos que corren y blablabla... pero también es verdad eso de que todo llega, aunque no sea en el mejor momento, pero hemos olvidado que si llega hay que comérselo, lo bueno y lo malo. Que a veces pedimos cosas y cuando las tenemos en el plato ni las admiramos. Que te sientes y respires, que ya se que esto va muy deprisa. Y no elijas si no quieres, ya nos pegamos decidiendo durante todo el día. Aprende que ningún amor va a ser igual al anterior, y menos mal, pero tiene que ser lo más especial que vivas. Y si no es así, no lo tengas. Aprovecha, conócete y conoce, que eso de que si llegas a 20 no te casas, es mentira. Enamórate de tu familia, de tus amigos y de los desconocidos. Y escápate, de ciudad y de tu mente. Y joder, sonríe porque si estas aquí es para vivir algo maravilloso. 


Que nadie dijo que quererte fuera a ser fácil, pero sí cojonudo.